Miguel de la Quadra-Salcedo y los chavalillos de las juventudes del Papa (JMJ boys) las llevaban en sus aventuras y desventuras por la ruta Quetzal. Otros complementos eran imprescindibles, como mochila excursionista a la espalda, guitarra en una mano, cantimplora en la otra y gorro con mosquitera incorporada.

Vérsatiles en todo tipo de terreno: árido, lluvia, barro, arenas movedizas, etc.

Desconocemos si exsite el modelo bota de explorador chancletera versión fresquita de verano. Sino es así, y vista la tendencia del mercado, claramente apostaría por ello.

Otros seguidores: Indiana Jones y Livingstone, supongo.

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Versión fresquita del pisamierdas.

Se te refrescan los dedos, y se te cuece el talón. Se basaron en el tipo de vida de unos extremófilos de las fosas oceanicas, cuyo cuerpo en forma de gusano está a más de cien grados en un extremo y bien fresquito en el otro.

Para fabricarlo, basta con un pisamierda común, y unas tijeras.

Estas botas suelen ser de cuero, y las vende y fabrica un amable hippie de 50 años y sucias greñas, en los mercadillos medievales de los pueblos. No hay registro de que nunca nadie las haya comprado, ni mucho menos se las haya puesto, ya que deben de poner el pie a 120º. Además valen bastante caras, ya que se entiende por artesana la mano del hippie.

Calzado de señora o señorita cuyas principales precursoras fueron Mary Poppins y la señorita Rotenmeier de Heidi.

Aconsejables para el invierno y días lluviosos. Actualmente parece que ya no se estilan.

Aquí tenemos otro modelo para el recuerdo.

Seguro que todo machote nacido en los 70, 80 y/o posteriores habrá tenido alguna vez un par de estas zapatillas de andar por casa. Segurísimo puesto que serían las únicas que se llevaban por entonces y en aquella época todos veníamos a tener lo mismo y vestir casi igual.
Aquellos anclados en las modas seguro que aún las conservan. No obstante, diría que sin que te costase mucho, hoy en día las podríamos encontrar.

Se destaca esa suela amarilla de goma que con el paso del tiempo se iba despegando poco a poco hasta tal punto que cuando andaba molestaba el trozo colgando y lo acababas por arrancar.

Seguimos con otro modelo de zapatilla para rememorar.

Son de lona y la moda era llevarlas sin cordones. Hoy en día, si te los curras hasta te las puedes comprar en alguna tienda y no es muy dificil verlas por ahí. Son veraniegas del estilo de las zapatillas de Camping.

Zapatillas de veranito que se llevaban hace una pila de años. Todo buen campista y dominguero de aquellos tiempos las llevaba. También se podían ver, y hasta no hace mucho, en los pies de algún gorrilla-aparcacoches de esos del sur de españa.

Seguro que arrebuscando un poco en casa de la abuela o en algún armario del paleolítico podríamos encontrar el modelo.

 

Diseño que se remonta a los 80, época en la cual cualquier actividad polideportiva orientada a la gimnasia de interior (rítmica, artística y similares) hacía uso de estas zapatillas. En el cole te obligaban a llevarlas para uso exclusivo en clase de gimnasia. Eran zapatillas intercambiables entre hermanos. Si se te olvidaban te caía un puro con algún tipo de castigo de esos de colegio.

Las había en blanco y negro, y eran idóneas en superficies tipo parket o colchoneta.

Todo votante del PP lleva este zapato. Si es de marca (Martinelli, etc.) es carísimo. Si eres un pijo de pegatina también los hay baratones. Combina muy bien con jerseys de pico. Un referente a seguir es Cartoon Banks (el primo del principe de Bell Air).

Denominado comunmente como Pisamierdas, este zapato ha marcado todo un estilo de vestir: el estilo del hippie.

Características:

- Los puedes encontrar en cualquier zapatería y su precio siempre es el miso: 15 euros.
- Hay otro modelo indicado para el invierno que esta forrado por dentro de borreguito.
- No es apto en condiciones lluviosas ya que es poco impermeable.